Manifiesto a la incultura de la cultura

Por:Henri García Jaramillo
Sergio Mesa Cárdenas
Nosotros los locos, que no tenemos espacio en este mundo de cuerdos, donde desechan nuestras grandes ideas y pisotean nuestras obras maestras de la literatura y el arte, siendo rechazados y jamás tenidos en cuenta, y que nos expresamos de la única forma que tenemos que es a través de las letras para manifestar lo que sentimos, y ACORDAMOS QUE:

- Soñamos con espacios dónde ser escuchados.
- Pretendemos que los libros sean los voceadores de la cultura.
- Nos oponemos a que se veneren más los santos y menos los libros.
- Rechazamos que los demonios literarios sean muertos de asfixia por las telarañas y el polvo, y no por las batallas de ficción.
- Protestamos para se dejen de lado los eventos estúpidos, cocteles hipócritas y no se someta la cultura a pena... de muerte.
- Soñamos con un mundo donde la cultura esté eternamente viva y no sea muerta en batallas electorales, resucitando con la incultura.
- Queremos un espacio amable para leer y que no haga frío, porque además la bulla de un televisor en novelas y programas de pandilla, distorsionan nuestro imaginario intelectual.
- Queremos ser tratados y atendidos como los moradores del palacio de los libros, y no ser expulsados como los verdugos.
- Rechazamos que la cultura sea bofeteada con cada zancadilla que se le pone.
- Soñamos de quien maneja la cultura más gestión y más acción, no tanto tinto, más tinta y menos tontos.
- Visionamos fiestas donde haya menos circo y más teatro.
- Reclamamos que los espacios de la cultura no estén a nuestro servicio, no para embriagarnos de licor, pero sí de poesía.
- Exigimos una ciudad donde hayan menos fachadas hermosas y modernas, y más lienzos pastel en las salas de las casas.
- Soñamos con un feligresía que alabe menos a los Marianitos y más a los monumentos a la literatura.
- Seremos vigías de las letras para que se lean más piezas literarias y menos discursos politiqueros y estúpidos.
- Queremos un lugar del mundo donde los únicos cuentos que los niños escuchen leer no sean los de otros niños con fusiles, víctimas de minas o violados por alguna rata.
- Queremos que la ciudad que soñamos esté construida sobre cimientos de papel.
- Creemos en el día en que nuestros jóvenes dejen de volar de la mano de la droga y vuelen sostenidos por esos otros mundos del arte y la poesía.
- Soñamos con que el reguetón sea la música del lumpen, y los verdaderos inteligentes bailemos al ritmo de la colombianidad y música verdadera, tocada por seres humanos.
- Exigimos que las letras no salgan a vacaciones forzosas... los domingos y festivos también leemos.
- Reclamamos que las bibliotecas estén abiertas como las iglesias, porque son el templo de la literatura, donde idolatramos a nuestro único Dios, que es la sabiduría.
- Soñamos con que nuestros libros sean publicados en vida, porque como no creemos en el más allá odiamos las ediciones póstumas.
- Reclamamos la presentación de más conferencistas y menos misa, porque la palabra no es divina ni es la última, sale del hombre y vuelve a él.
- Exigimos respeto por lo locos, los lectores sin vacaciones, compañeros de los libros vegetarianos de polvo, porque nos privan de las amistad de los libros mientras los tontos carnívoros se deleitan de festines decembrinos.
- Necesitamos cuarteles de lectores, más saxofón y menos fusil, que los niños caminen con pasos seguros sin temor a las minas.
- Soñamos con que las únicas bandas que se conformen sean de música.
- Nos sonamos los mocos en las cortinas de los espacios que nos niegan, donde está moribunda la cultura y está desgraciado el verdugo.
- Como creemos que toda persona tiene una misión en el mundo no compartimos el conformismo de quienes se cansaron de luchar; odiamos la indiferencia política. Entendemos que la educación no es la meta, sino la vía, por eso, cada vez que tumben nuestros puentes nadaremos contra la corriente, tomaremos el camino y construiremos nuestros propios puentes.
- Como hemos sido tachados de desquiciados, exigimos al Estado o a sus representantes que nos recluyan en los manicomios del arte. Sólo así callaremos y dejaremos esta lucha que emprendimos a cambio de nada y nos daremos por vencidos.
- Esto que estamos haciendo no es más que el vómito de nuestra inconformidad.

Este Manifiesto es una protesta contra los discursos novelescos de los programas de gobierno, queriendo vestir la cenicienta de la cultura con encajes y perlas moribundas, huérfanas de ostras. Necesitamos una zapatilla a la medida de nuestros pies.

PUBLÍQUESE Y EXHÍBASE EN UN LUGAR NO PÓSTUMO.

Comentarios

Publicar un comentario