El Daltonismo político se adhiere

El Movimiento Daltónico Político es una propuesta política que no distingue colores y es amigo de todos los demás movimientos del país. Nuestra bandera blanca –que no es la de la paloma de paz, ni del abstencionismo- ondea con vientos de esperanza, hacia una renovación verdadera, no estamos de acuerdo con que los candidatos propongan tanto canvio. Necesitamos un verdadero cambio en Colombia.
Es por eso que cansados de los movimientos y partidos políticos tradicionales, no somos de ninguno, pero queremos participar en política.
Hartos de la corrupción de los gobernantes en todo el país y de saber cómo se roban y derrochan los impuestos que pagamos los ciudadanos, no creemos en la política popular.
Viendo cómo los movimientos políticos nacidos del descontento hacia azules y rojos cayeron en los mismos vicios, detestamos los colores. Es por eso que como el color blanco contiene todos los colores, según Newton, el blanco es nuestra bandera.
Disgustados por las calumnias, pasquines y pronunciamientos de dirigentes y líderes de partidos hacia sus contrarios de color, no opinaremos sobre los mismos.
Aterrados por las expresiones de quienes se consideran de oposición, para quienes no hay nada bueno que venga del otro lado, retomaremos para nosotros la frase de Juan Bautista de la Salle “hablar bien o callar”.
Por lo anterior y otras circunstancias, hemos decidido adherir el Movimiento Daltónico Político -cuyo objetivo principal es votar a conciencia por quienes nos van a gobernar- a la campaña del señor Sergio Fajardo. Creemos que con la motivación al voto en blanco nada ganaremos y, además, porque la política social, educativa y cultural de Fajardo se identifica con la nuestra.
Nuestra misión será generar conciencia en la ciudadanía, para que se coman todo el chicharrón y beban todo el guaro que les ofrezcan las demás campañas, pero que en las urnas voten por Fajardo. Al fin y al cabo el voto es secreto.
Nuestra visión es que a futuro caminemos erguidos, orgullosos, de las acciones de quienes gobiernan. Como las palomas, sacando pecho. Como las hormigas culonas, sacando el resto. Es una visión como la vería Tomás Moro, quien se imaginó una forma de gobierno perfecta, donde no había robos, ni corrupción en una isla a la que llamó Utopía (esto es, en ninguna parte) gobernada por medio de la razón y bajo la más profunda tolerancia. Creemos que es el momento.
Nuestro Movimiento Daltónico Político (MDP) pretende volver al humanismo y ascender de la tolerancia política a la aceptación política. Tolerar es soportar al otro, es sufrir y llevar con paciencia y en silencio lo que no nos gusta o el desacuerdo que tenemos con alguien. Aceptar, por el contrario, es respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Es aceptar la diferencia. Se puede sobrevivir siendo tolerantes. Pero es mejor convivir con la aceptación de que cada ser humano piensa y actúa de diferente manera y esta filosofía la aplicamos a nuestra forma de hacer política.
Estimado lector, para hacer parte de nuestro Movimiento sólo necesitas dos cosas: sabiduría y silencio. Sabiduría para saber elegir o participar sin distingo de partidos, y silencio para no cazar peleas con los que no estén de acuerdo con tus ideas, para no herir si no se va a proponer.
Como se puede notar, tenemos una Empresa política bien conformada con misión, visión y un gran objetivo: ayudar a que Sergio Fajardo dirija este barco desde la Casa de Nariño, creemos que es el mejor capitán, que no nos dejará naufragar.
Nuestro valor corporativo es muy importante: la aceptación. Y tenemos una sede principal: la conciencia. Si quieres hacerte inscribir a nuestro Movimiento en pro de que la intelectualidad por fin nos dirija, puedes llamar a tu interior, éste siempre contesta.
Y lo más importante, nuestro material humano, que es Usted. Lo único verdadero. Porque el MDP, no existe. Sólo hace parte de una columna de periódico que algún día escribí y del cual yo soy orgullosamente su fundador y único miembro. Hablo en plural, porque apostaría que en algún momento de la lectura de esta página usted con algo se identificó. Sólo pretendemos cambiar, si no el mundo entero, al menos cambiar nosotros desde adentro. Cambiar el país no es una utopía y lo haremos desde los sueños, desde nosotros. Usted puede ayudar a construir ese país que soñamos.
Señor Fajardo: tome ese timón de este barco que amenaza naufragio. No le pedimos que nos lleve a otras costas. Queremos navegar en este navío. Confiamos en usted. Lo único que le pedimos es que no nos deje hundir porque no sabemos nadar y las lanchas salvavidas se las robaron otros capitanes.

Comentarios

  1. Amigo Dorian. Así comenzaron todos y en política como en cualquier proyecto que pretenda acaparar la atención del pueblo ignorante mediante la demagogia, todo se vale. Excelente idea si Mr. Fajardo al llegar al poder actúa como lo hizo en Medellín, donde la cosa fue fácil porque estaba gobernando un pueblo, donde todos rezan el mismo rosario. Una cosa muy distinta es gobernar un país que es un salpicón de juicios y pareceres. Leo todas tus entradas y comparto con vos ese carácter irreverente e irónico a la hora de escribir. Yo también lo hago para mí mismo y puede que algún día explote...

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