Sueños y utopías

Esta semana tuve dos noches en vela. Se preguntarán por qué. ¡Pues porque no podía dormir! El primer día debido a una de esas revolturas en el estómago que le dan a uno cuando se come algo que le cae pesado. Tal vez fue el sancocho en la finca de Rogelio y doña Amelia. No sé. El otro día (más bien noche) de trasnocho fue antier. A un hijo mío le iban a hacer un examen en Medellín y no debía dormir desde las 12 de la noche hasta la hora del mismo. Y para no dejarlo dormir nosotros tampoco dormimos.
Medité sobre el sueño esa noche. Sí, el sueño perfecto. Ese que es un anexo al amor porque es “reposo reflejo, reflejado en dos cuerpos”. En el sueño, el ser humano es solo, desarmado y por eso, desnudo, se encuentra con la muerte mientras duerme. Se tranquiliza cuando se sale de él al ver que la sonriente flaca no está al rincón. También tranquiliza el que cure del cansancio porque dormido uno deja de ser. El placer del sueño consiste en abandonarse conscientemente a la inconsciencia.
Dormirse vestido sobre los libros es saborear el puro sentido del ser a través de los párpados cerrados. Dormir, despreocupadamente sobre la hierba, es aceptar que somos una partícula insignificante e imperceptible del cosmos. No somos nada.
Pero luego de las anteriores reflexiones tengo que “despertar” para poder soñar de verdad. Y es por eso que ahora, despierto, sueño con:
- Un Yarumal sin droga. Sin vendedores y sin compradores del mortal vicio.
- Un Yarumal sin asesinatos. A las casas de funerales les deseo los mejores éxitos. Que todo el mundo pague su cuota mensual, pero que no tengan que velar difunto alguno.
- Sueño con un Yarumal sin politiquería. Donde un puesto de empleo se le dé a la persona que reúna las condiciones. No al recomendado de un político.
- Un Yarumal sin desempleados, en el que los únicos desocupados que conversen alegres en las bancas de los parques sean los jubilados con don Germán a la cabeza. Si hay empleo hay educación, mejor salud, menos gamines, se podrán pagar los servicio públicos ¡No habrá desconectados!
- Sueño con un Yarumal donde nadie goce con el mal ajeno. Por el contrario, donde todos estemos prestos a ayudar a quienes lo necesiten.
- Sueño a Yarumal sin robos, violaciones, sin secuestrados, sin gente amenazada. Siendo así, el mejor empleo será ser policía.
- Sueño con un Yarumal con muchas religiones y creencias pero con un solo culto: la latría.
¿Será una utopía creer que podemos vivir en un municipio de gente culta que siempre tenga comida en la barriga? Si usted, estimado lector, dijo “yo también” a por lo menos uno de los sueños anteriores, le aconsejo que se baje de esa nube. Tal vez algún día eso suceda, pero no nos tocará vivirlo. Por lo pronto, siéntase bien servido si tiene un empleo y, al menos, hoy desayunó. Pero si en verdad quiere cambiar el mundo, empiece primero por cambiar usted y hoy haga una obra de caridad…y recicle.

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