Y el verbo se hizo palabra

Entonces Raúl Olarte me preguntó sobre la diferencia entre poesía y poema, ante la incertidumbre buscó en Internet. Poesía: “Forma del discurso literario que se rige por una singular disposición rítmica y por la relación de equivalencias entre sonidos e imágenes”; hay poesía en la risa de un bebé, en un atardecer, una mirada, en el tic tac de un reloj ¡en todo! Poema: es la composición creada por el poeta. Pero ante la pregunta que se me ha hecho varias veces sobre qué es ser poeta, para quienes tengamos la duda, porque yo todavía no lo sé, les voy a decir que ser poeta puede ser:
Ver si el mar tiene estrellas y constelaciones;
hablar por horas del silencio;
volar entre las letras de un libro abierto;
ver el sol bostezar en el oriente;
sentirse mojado por estrellas;
sospechar que el viejo roble tenga artritis;
saber que cuando escampa
las nubes secan sus espaldas con tus torbellinos;
creer que en los relámpagos hay orgasmos de tormentas;
sospechar en tu mirada, un agujero negro;
saber que en el silencio funerario de la noche
se dibujan todos los cuerpos;
observar cómo un corazón galopa sin jinete;
convertirse en pirata para ver sólo la mitad de un desdén;
ser testigo de que el mar entregue sus cofres a los niños pobres;
concebir que la luna, para los moribundos, es un agujero en el cielo;
indagar por qué le quedó como anillo la luna al sol en el eclipse;
consultar a la almohada así no responda;
interpretar el lenguaje de los peces: las burbujas;
indagar por qué las nubes lloran por el sol en los inviernos;
aconsejar a las ventanas coquetas
para que no suban hasta sus cinturas las cortinas;
sugerir al espejo que sonría diariamente al dar los buenos días;
evitar talar las tristezas de un árbol;
dejar de matar el tiempo a relojazos;
desembarcar un dije en las playas de unos senos;
deducir que en la luna los pensamientos
saltan también muy lentamente;
creer que la mariposa es un lienzo que vuela en busca de un pincel;
ayudar a la pobre mosca a decidir su camino;
envidiar que en las redes de tu pelo no haya peces, pero sí pescadores;
resucitar al reloj de péndulo que dejó de respirar;
cubrir con la lluvia un aguacero de paraguas;
llamar la noche a que la ventana cierre sus párpados;
sospechar en las mañanas el por qué está triste el espejo;
diagnosticar el dolor que siente la boca del estómago
a causa de sus cordales;
indagar si ésta luna llena está indigesta, porque cenó mis suspiros;
reciclar los bombillos viejos para hacer otra represa;
averiguar si el pez se ahogaría si nadara con zapatos;
ver una cascada que cae sobre dos montañas, tu pelo;
preguntar a las estrellas fugaces
por cuál es el verdadero camino hacia el éxito;
abrir las llaves con un manojo de puertas;
inferir sobre lo que haría el abecedario si escribiera lápiz sin tilde;
ver la hora en los ojos de los gatos;
imitar el bostezo de un zapato;
ser paciente cuando la reina de ajedrez se salga de casillas;
aconsejar la ballena orca que triste se dirige a su cadalso;
decirle al cangrejo que no busque más su cuerpo,
al alfabeto que la palabra enferma… está grave,
a los ricos que los pañuelos también lloran,
al caracol por qué está preso de sí mismo,
¡que alguien perdone la ola porque llena de ira golpeó al turista!
Ser poeta puede ser conjugar todos los verbos,
porque el poeta no se conformará
tan sólo con-jugar con la palabra.

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