¡Renuncio!

No crean que es mentira lo que les voy a contar. Cuando las encuestas dieron cuenta de que el Movimiento Telúrico crecía como una bola de nieve y sospecharon que podíamos postular una persona a la alcaldía ¡y ganar los comicios! empezamos a recibir propuestas.
El Partido Conversador nos ofreció Aguas del Norte y nos encimaba la quebrada Santa Juana para que hiciéramos allí un balneario con tobogán y todo.
El Partido de La Última Vocal nos invitó a su sede y nos propuso darnos el hospital con urgencias ampliadas y morgue de última generación y nos encimaban 25 heridos y cuatro ene enes y medio.
El Partido Liberar nos prometió varias secretarías: Tránsito, Hacienda, Salud y el Índer, con la ñapa de una escritura de la piscina con el agua.
El Partido Color Selva se comprometió con darnos en comodato por 20 años a Morro Azul y nos encimaba tres guardabosques dotados de machete y pito.
El candidato del Partido Cambio de Raíz nos prometió la Casa campesina, el asilo, el Club Huellas de Vida y la encima eran 200 cobijas, 50 fundas de almohada y 100 cajas de dientes.
Con estas románticas propuestas mi equipo de trabajo se fue adhiriendo a diferentes campañas y me dejaron solo. Luego que fuimos partidos por esos partidos (divide y vencerás), el gran Movimiento Telúrico, favorito en las encuestas, quedó convertido en un simple “movimiento involuntario”, como un escalofrío, un sístole y diástole, un bostezo, un estornudo, una erección, o algo parecido. Luego envié correos a todos ellos para “negociar” mi adhesión y no perder del todo y como ya no me necesitaban me contestaron simplones correos que remataban con un “tómelo o váyase para otro partido” y que me podían prometer, para proveer a mis electores, sólo lo siguiente: el partido Conversador me ofrecía de Aguas del Norte, una factura mensual por el servicio de agua potable; el partido de la Última Vocal nos prometió del hospital el servicio gratuito de la morgue; del Índer, nos ofreció el partido Liberar, un baño mensual en la piscina pagando $ 3000 por persona; el partido Color Selva, los tres machetes de los guardabosques y tres pitos y el partido Cambio de Raíz, nada más y nada menos que las cajas de dientes que siempre se ríen de sus dueños.
Nada raro en la política que se ofrezcan grandes tajadas de la torta al que más grande tenga la boca. Yo, que ya no tengo equipo de trabajo para continuar mi campaña porque mis asesores y gente de confianza y de finanza se vendieron, como cosa rara, ya valgo lo que vale un voto mal marcado: un nulo. Por lo pronto, ¡renuncio al Movimiento Telúrico y a mis aspiraciones al concejo! Seguiré, más bien, fortaleciendo los ideales del único partido político que no distingue colores, ni al rojo, ni al azul, ni al verde, ni al amarillito pollito, ni a la mezcla de estos con otros. El Movimiento Daltónico Político –MDP- pretende ser amigo de todos y votar sin que nadie sepa por quién bajo la consigna que el voto es secreto. El único problema es que yo soy el fundador… y su único miembro.

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