EL CHAMÁN DE LA LLUVIA

Hombre, pero por qué le dan tanta importancia al “milagrito” que les hizo mi colega el chamán Jorge Elías González para que no lloviera el día de la clausura del Mundial Sub-20 a finales del año pasado. ¿Porque le pagaron apenas 3 millones 931 mil 082 pesos y un millón de pesos de viáticos para hacer que San Pedro dejara la miadita pa´más tarde? ¡Qué exagerados! ¿Cómo no dijeron nada cuando lo contrataron por 3 millones de pesos para que hiciera que no lloviera el día de la posesión del presidente Santos? ¿O cuando la mismísima Fanny Mikey lo contrataba –y aun lo hacen- para que pare la lluvia durante los festivales iberoamericanos de teatro?
Claro que los chamanes sí existimos. 

Yo, por ejemplo, soy el vivo caso de uno. Recibí el don por herencia: mi abuelo se llamó Germán y era un mago para hacer rendir la platica, mi papá era un gran gentlemán y era otro mago para hacer rendir su sueldito y yo soy chamán, por lo mismo.

Mi iniciación empezó haciendo largos ayunos –éramos tan pobres-, también he participado en extensos retiros espirituales y en mis borracheras más pesadas converso con las almas del más allá.


Los chamanes servimos para comunicarnos con los espíritus, para corregir errores de la comunidad y restauramos la armonía entre el ser humano, su mundo espiritual y el mundo físico. Eso sí, no pretendemos ser sacerdotes, pues a esos otros magos les dejamos lo simple. Nosotros viajamos por el mundo haciendo llover o aconsejando a las nubes que se vayan para otro pueblo. 


Conste que le envié carta a Santos para que utilizara mis servicios a final de año parándole el macho a la Niña y como me respondió que para eso estaba la ayuda humanitaria, la Cruz Roja y el Tío Sam y no me necesitaba, de verraco hice que se inundara todo el país, menos Yarumal.


Tan es así que el alcalde anterior, don Cargos Guillermo, me contrató para que controlara la lluvia mientras se terminaba la urbanización José María Córdova y yo le respondí que si llovía mucho no me pagara -esa platica todavía me la deben-. Y el señor Abrigo Jaramillo me pagó para que el 31 de octubre le llovieran votos y así fue –esa platica también me la deben-.

Ya le envié carta a los bomberos para que contraten mis servicios cuando haya un incendio forestal; a los párrocos para hacer que no llueva en la Semana Santa y menos en los San Isidro; a los organizadores de las Fiestas del yarumo, al club de caminantes y a la nueva junta directiva de Cafuvyal para que los domingos caiga agua después de las seis de la tarde. 



No he recibido respuesta de ninguno. Lo mismo hice con el IDEAM para pronosticarles el estado del tiempo, para hacerles predicciones climáticas y controlarles las nubes en los aeropuertos y… nada. Estoy pensando que todo es por culpa de mi colega el chamán González. Claro, se puso a cobrarle a los organizadores del mundial Sub-20 la bobadita de casi 4 millones de pesos y ariscó la Contraloría y puso en entredicho nuestra seriedad, sobretodo la mía, yo que soy graduado con distinciones en las artes de: lectura del tabaco cubano; pitoniso en la interpretación del té japonés; vaticinador del futuro en el café de Ochalí; profeta experto en las cartas de remis; iluminado en la elucidación de las posiciones de los astros y vidente en el significado de los sueños.

Pero mientras alguien de buen corazón cae en esta farsa… perdón, cree en esta fuerza… misteriosa, rogamos nos recomiende a sus vecinos y familiares, que nosotros los astrólocos, parasicólocos y chamanes sobrevivimos de gente buena, como usted, que nos cree.



Comentarios

  1. compañerito poeta, me encanto tu artículo, escribes super chevere. solo espero que me prestes tu servicios como chamán para ver si obtengo algunas cositas que quiero.

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