La crisis del municipio llegó y se quedará. Lo berraco es que es inevitable y de alguna manera nos tocará a todos a través de los impuestos, de la incipiente inversión y del pago de las deudas. Luego de una campaña de hasta un año para algunos, en la que los candidatos no escatimaban gastos, la historia se repite.
Vuelven otra vez a reunirse los directorios de los partidos a elegir el "mejor" candidato que los represente, a abrir sus sedes de campaña, a pegar afiches y colgar pasacalles, a gastar en algos, almuerzos y marranos, a cachoniar guaro, en fin a lo mismo. Volverán los comentarios: que aquel antes fue del partido tal, que el otro es el candidato de los riquitos, que si el otro se monta va a patrocinar los paracos, que ese es un gamín, que aquel es marica. Oiga, ¿cómo hacen para soportar tanta varilla? Y, sin embargo, siguen aspirando a ese cargo. Con razón lo llaman "bulgomaestre".
Vendrán otra vez las alianzas entre partidos que porque "comparten ideales" y "solamente piensan en el bienestar de Yarumal", otra vez elecciones, posesión y retrovisor. Y habrá de nuevo empalmes con los que realizaron los empalmes hace poco, y sesiones de concejo en donde se pedirá informe de los empalmes, para saber cómo entregaron los empalmes los que habían presentado los empalmes ya en febrero ¡Uf! ¡Qué jerigonza! Y vendrán otra vez negociaciones del alcalde entrante con los concejales para hacer coaliciones (esto se hace con puestos de trabajo) y volverán las filas en la alcaldía de gente engañada o ilusionada, que es lo mismo, tibiando la hojita de vida en el sobaco y la nueva administración tendrá que realizar su programa de gobierno y "arreglar la casa", como dicen todos.
En todo este proceso se irá otro año. No quiero ni pensar el costo de toda esta comedia, más bien, tragedia, o mejor, tragicomedia, pues les cuento que a la deuda que tiene el municipio hay que sumarle los más de mil millones de pesos que costarán las nuevas elecciones (eso lo pagamos usted y yo), a eso súmele también una demanda reciente que perdió el municipio por la muerte de una pareja en una moto, por más de mil millones de pesos. Siga sumando lo urgente: el alumbrado público, el mantenimiento de calles, el pago de los pensionados, mejor dicho, el alcalde que llegue a ese "envidiable" cargo no tendrá muchas posibilidades de invertir. Le tocará administrar las "chichiguas" que llegan para salud, deporte y educación y la gente a resignarse con el subsidio de Familias en acción. Pero alguien tiene que gobernar este chicharrón que nos dejaron los mismos partidos políticos. Porque el mal, como el estreñimiento, es un problema de atrás.
¿Que nos dejó la politiquería y la mala gerencia? Un yarumal crucificado, sangrando por el costado. Yarumal ahora dice: "Tengo sed"; sed de un verdadero cambio en la percepción de la política, porque los partidos nuevos cayeron en los mismos vicios, ya antes hemos hablado de que es un virus contagioso; es como la sed causada por consumir sal. A Yarumal le tocó entregarle a la Alcaldesa perpetua este pueblo y por eso es que implora: "Madre he ahí a tu hijo (el pueblo), hijo, he ahí a tu Madre"; pero ella es una alcaldesa sin gabinete. Tal vez, algún día, mi Yarumal, !carajo!, sea gobernado sin intereses económicos; ese día dirá: "Todo está consumado". Por lo pronto, a los partidos políticos en contienda en estos momentos, que son cuatro, Yarumal implora en su agonía : "En sus manos encomiendo mi espíritu" y el que llegue dirá, lastimosamente, a todos sus secuaces, perdón, gabinete: desde hoy estarán conmigo en el paraiso. En el paraiso que a pesar de sus altibajos es este trozo de planeta que nos tocó compartir, en donde disfrutamos de la lluvia lo mismo que de los vientos de agosto y del cual no quisieramos partir a buscar otros rumbos, porque no queremos obligar a este mártir, que es nuestro pueblo, a expresar en su cruz: Dios mío, Dios mio ¿por qué me han abandonado?
Vuelven otra vez a reunirse los directorios de los partidos a elegir el "mejor" candidato que los represente, a abrir sus sedes de campaña, a pegar afiches y colgar pasacalles, a gastar en algos, almuerzos y marranos, a cachoniar guaro, en fin a lo mismo. Volverán los comentarios: que aquel antes fue del partido tal, que el otro es el candidato de los riquitos, que si el otro se monta va a patrocinar los paracos, que ese es un gamín, que aquel es marica. Oiga, ¿cómo hacen para soportar tanta varilla? Y, sin embargo, siguen aspirando a ese cargo. Con razón lo llaman "bulgomaestre".
Vendrán otra vez las alianzas entre partidos que porque "comparten ideales" y "solamente piensan en el bienestar de Yarumal", otra vez elecciones, posesión y retrovisor. Y habrá de nuevo empalmes con los que realizaron los empalmes hace poco, y sesiones de concejo en donde se pedirá informe de los empalmes, para saber cómo entregaron los empalmes los que habían presentado los empalmes ya en febrero ¡Uf! ¡Qué jerigonza! Y vendrán otra vez negociaciones del alcalde entrante con los concejales para hacer coaliciones (esto se hace con puestos de trabajo) y volverán las filas en la alcaldía de gente engañada o ilusionada, que es lo mismo, tibiando la hojita de vida en el sobaco y la nueva administración tendrá que realizar su programa de gobierno y "arreglar la casa", como dicen todos.
En todo este proceso se irá otro año. No quiero ni pensar el costo de toda esta comedia, más bien, tragedia, o mejor, tragicomedia, pues les cuento que a la deuda que tiene el municipio hay que sumarle los más de mil millones de pesos que costarán las nuevas elecciones (eso lo pagamos usted y yo), a eso súmele también una demanda reciente que perdió el municipio por la muerte de una pareja en una moto, por más de mil millones de pesos. Siga sumando lo urgente: el alumbrado público, el mantenimiento de calles, el pago de los pensionados, mejor dicho, el alcalde que llegue a ese "envidiable" cargo no tendrá muchas posibilidades de invertir. Le tocará administrar las "chichiguas" que llegan para salud, deporte y educación y la gente a resignarse con el subsidio de Familias en acción. Pero alguien tiene que gobernar este chicharrón que nos dejaron los mismos partidos políticos. Porque el mal, como el estreñimiento, es un problema de atrás.
¿Que nos dejó la politiquería y la mala gerencia? Un yarumal crucificado, sangrando por el costado. Yarumal ahora dice: "Tengo sed"; sed de un verdadero cambio en la percepción de la política, porque los partidos nuevos cayeron en los mismos vicios, ya antes hemos hablado de que es un virus contagioso; es como la sed causada por consumir sal. A Yarumal le tocó entregarle a la Alcaldesa perpetua este pueblo y por eso es que implora: "Madre he ahí a tu hijo (el pueblo), hijo, he ahí a tu Madre"; pero ella es una alcaldesa sin gabinete. Tal vez, algún día, mi Yarumal, !carajo!, sea gobernado sin intereses económicos; ese día dirá: "Todo está consumado". Por lo pronto, a los partidos políticos en contienda en estos momentos, que son cuatro, Yarumal implora en su agonía : "En sus manos encomiendo mi espíritu" y el que llegue dirá, lastimosamente, a todos sus secuaces, perdón, gabinete: desde hoy estarán conmigo en el paraiso. En el paraiso que a pesar de sus altibajos es este trozo de planeta que nos tocó compartir, en donde disfrutamos de la lluvia lo mismo que de los vientos de agosto y del cual no quisieramos partir a buscar otros rumbos, porque no queremos obligar a este mártir, que es nuestro pueblo, a expresar en su cruz: Dios mío, Dios mio ¿por qué me han abandonado?
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