Yerbatero

Pues sí señoras y señores, les tengo una importante noticia: acabo de terminar un curso virtual de Yerbatería y me gradué como yerbatóloco con énfasis en mitomanía y les traigo a ustedes la cura pa' todas las enfermedades que la ciencia no puede combatir. Sí señoras y señores, acérquense que mi culebra no muerde sin la orden mía ¡quieta Marina!
Señora, señor, ¿sufre de un ozuelo que no le deja ver lo hermosa que es su suegra? Vea, póngase un huevo recién puesto en el ojo o rastríllese el dedo del corazón en la palma de la mano y póngaselo en el párpado, ¿no le sirvió?, mátele el ojo a un gallinazo, ¿tampoco?, róbese el ozuelo por detrás de la cabeza y se lo tira a otro y si esto tampoco le sirve, siéntese en el baño mientras poposea y cómase una fruta. Si esto menos que le sirve le tengo la solución señora, vállase pa`l hospital y deje que el médico se lo saque... me refiero al grano.
Si su problema es de berrugas le recomiendo que se las sobe con un fósforo, óigase bien, un fósforo, no le sirve una candela, envuélvalo en un papel y lo lanza hacia atrás; si esto no le funciona y la berruga persiste en su cumbamba, sobe la barriga de un sapo sobre la imprudente berruga; también le sirve sobarlas con piedras de quebrada, luego las envuelve en papel de regalo y las tira por su lado izquierdo. No se ría que‘s verdá, yo no miento, todo lo que sé me lo enseñaron los indígenas amazónicos vía we, o sea internés. Vea usté, descubrimos que la cura pa`l hipo no es la lana en la frente, ni asustar al enfermo, ni decirle mentiras; la cura es: una operación de diafracma. También descubrimos que la cura pa'l sarampión es hervir buñiga en leche y colarla pa' dársela al paciente. Esto es bendito, pero debe hacerse con el colador magnético que yo le tengo aquí, ¡acérquese! ¡véalo! ¡llévelo! Que si no le sirve pa'l sarampión, podrá serle útil pa' sus jugos y pa' sacar las hormigas de la guapanela.
¿Pa' la buena suerte? Claro, mi señora; no le tengo patas de conejo, pero sí las patas de zorrillo, que ahuyentan las malas energías y todo lo que se le atraviese; le tengo el "anus dei" pa' que lo proteja y la penca de Vicente Fernández pa' colgar detrás de la puerta de la sala, la herradura de caballo, porque aun no han inventado la del marrano, y pa' espantar al diablo les tengo la imagen de San Miguel. Le vendo el espejo capador que baja cometas, aviones y parapentistas, el collar de ajos pa‘ combatir las lombrices y la plomada de cobre pa‘ espantar al "muan", porque el muan, es Germán.
Le curo el mal de sambito, la tembladera y el pito, yo curo el mal de ojo, y sano del mal de amores con veinte sientos de hinojo. Y si es de amor su pena, le tengo la solución, una bebida caliente con limón y yerbabuena. Y pa’ esas culebras que suben por sus piernas, que no son la mapaná, ni la rabo de ají, ni el verrugoso, porque son nada más ni nada menos que la vena várice, señora, le tengo desde el Amazonas los huevos de la anaconda. Por el mundo yo he andado y descubrí pa’l acné el semen de enguayabado y otras muchas recetas que aun no les he contado. Hagan la fila señoras y señores, que el parque no alcanza y les agradezco que compren todo lo que mi ciencia les ofrece, porque nosotros, los adivinólocos, astrólocos, parasicólocos y yerbatólocos vivimos de gente buena que nos cree, como usté.

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