La educación prohibida. Manifiesto de los estudiantes

El siguiente texto fue tomado del documental argentino La educación prohibida, dirigida por Germán Doin, quien en entrevista con El Espectador aseguró que “la educación no está pensada desde el aprendizaje, desde el desarrollo, sino que está pensada desde un objetivo y un producto. Parece una gran fábrica para producir determinado tipo de personas”. En la película se desarrolla un dramatizado de un grupo de jóvenes en un colegio que expresan su rebeldía hacia el sistema educativo con el siguiente manifiesto, el cual transcribo totalmente para deleite de algunos y condena de otros. «Esto es algo que escribieron unos compañeros para leer a fin de año pero no los dejaron. Y a mí me parece que es importante, entonces me gustaría leerlo. Hoy en día la educación está prohibida. Muy poco de lo que pasa en nuestra escuela es verdaderamente importante y las cosas que importan no se anotan en ningún cuaderno ni en ninguna carpeta. Hablan mucho de educación, progreso, democracia, libertad, un mundo mejor, pero nada de eso pasa en el aula. Nos enseñan a estar lejos unos de otros y a competir por cosas que no tienen valor. Padres y maestros no nos escuchan. No nos preguntan nunca qué opinamos. No tienen idea de qué sentimos, qué pensamos o qué queremos hacer. ¿No sería maravilloso que podamos elegir día a día ir a la escuela? Que sea elección nuestra, no de nuestros padres. Que la escuela sea un lugar hermoso, dónde disfrutar, dónde jugar, dónde ser libres, dónde elegir qué aprender y cómo aprenderlo. Enséñennos que las cosas pueden ser distintas. Ese es el ejemplo que nos tienen que dar. Sus expectativas son suyas, no son nuestras y mientras las sigan teniendo vamos a seguir fallando. Por todo esto decimos ¡basta! Basta de decidir por nosotros, basta de calificarnos, basta de imponernos. Ni la ciencia, ni los exámenes, ni los títulos nos definen. Nosotros vamos a decidir qué queremos ser, hacer, sentir o pensar. Creemos que la educación está prohibida. No por culpa de las familias, no por culpa de los chicos, no por culpa de los docentes. La educación la prohibimos todos: Cada vez que elegí mirar para otro lado, en vez de escuchar. Cada vez que elegimos la meta, en lugar del trayecto. Cada vez que dejamos todo igual, en lugar de probar algo nuevo. Seas docente, seas alumno, seas padre, sea quien sea, ayúdanos. La educación tiene que avanzar, tiene que crecer, tiene que cambiar. »

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