Se cierra el telón

Debido a que esta obra no se pudo presentar en la Semana del teatro les compartimos el guión. Reunidos alrededor de una mesa los cinco integrantes del Consejo pa' la cultura de un pueblo llamado Cualquiera deliberan en una de sus sesiones. Toma la palabra el alcalde don Miguel Pela-Es: MIGUEL PELA-ES: señor Gestor cultural, sírvase leer el orden del día... CONSERJE MESA: con gusto señores dotores. Primero, lectura del acta anterior... ¡Ejm! Bla, bla, bla. Segundo, elección del integrante del Consejo pa' la cultura que debe gozar de buen retiro para dar paso a otro nuevo integrante por otra docena de años. MIGUEL PELA-ES: pues bien señores, por petición de gran parte de los actores culturales de este municipio debemos prescindir de uno de ustedes para dar paso a un nuevo integrante que represente un sector cultural. ¿Quién desea postularse para tan honrosa salida? TODOS: ¡Ejm! ¡Ejm! MIGUEL PELA-ES: señor secretario, sírvase escribir en el acta tan propositiva interjección. ¿Alguna otra valiosa intervención? HURGANDO MONTOYA: pues señores, mi opinión es que salir de esta manera de tan emérito Consejo es más doloroso que una endodoncia sin anestesia. Por lo que soy yo no estoy dispuesto a entregar mi sillón, máxime cuando necesito publicar seis monografías más, entre ellas la historia del hueco de la pandeyuca. MAURICIO RESTREGO: yo tampoco pretendo salir de esta forma tan poco decorosa. Yo ingresé aquí hace 10 años en representación de la juventud ¡y no me miren las canas! Esos rayitos me los hizo hace poco Adiela. Además, necesito del apoyo de ustedes para la publicación de un libro de historia al que he titulado: “Del ábaco al balance general y de las cuentas T a la T de cobre”. Yo también soy contador de historias, aparte de que soy contador público. MIGUEL PELA-ES: señores, lleguemos a algún consenso. Aquí en este pueblo no se debe escribir solamente de la historia pasada... IMPEDIMENTO BARRERA: ¡así no vale, señor alcalde! Porque yo necesito que para el próximo 12 de febrero usted me publique la cartilla “Cómo escribí la cartilla que titulé Cómo descubrí el verdadero campo del combate de Chorros blancos”, la que hice precisamente para justificar la otra cartilla “El combate de Chorros blancos” que ha sido publicada nada más tres veces... CONSERJE MESA: ustedes no han entendido que la ley es muy clara y deben representar un sector cultural. Si lo desean pueden nombrar un representante por los historiadores y en ese caso saldrían dos de ustedes, lo que es peor... MIGUEL PELA-ES: claro que a mi me gustaría que continuaran en este consejo editorial, perdón, consejo cultural, en representación de los libros que han publicado, los que han sido un gran legado para las próximas generaciones... CONSERJE MESA: pero señor alcalde, la ley es muy clara... MIGUEL PELA-ES: pero el abogado soy yo... CONSERJE MESA: estoy hablando en nombre de una comunidad cultural... MIGUEL PELA-ES: pero el alcalde soy yo... HURGANDO MONTOYA: vea señores. No vale la pena discutir por esa insignificancia. Yo, como vocero del consejo saliente que no sale, expreso lo siguiente, dos puntos, ¡ejm!, y en vista de que nos han tratado de “salientes”, pues antes de que nos saquen, nosotros, valientemente, ¡nos vamos” (Llora). Y yo quiero ser el primero en renunciar a este consejo. ¡Con permiso! (Sale) IMPEDIMENTO BARRERA: todo es culpa suya señor Conserje Mesa, esto es parecido a la conspiración septembrina... ¡Claro! Como usted es capricornio con ascendente virgo, todo era de esperarse... (En ese momento mira el reloj) Y antes que me deje la buseta de Cootrayal me retiro... Señores, ¡hasta pronto! (Sale). MAURICIO RESTREGO (en tono amenazante): don Conserje, esto quedó en “cuentas por cobrar”, ¡hasta pronto! (Sale). MIGUEL PELA-ES: pues mi amigo Conserje Mesa, en vista de que usted también es bastante antiguo en este consejo, debería también renunciar, porque aquí el único nuevo soy yo. El señor Mesa se retira pero en el camino se dirige al público y expresa: CONSERJE MESA: y fue así como el Consejo pa' la cultura del municipio Cualquiera dejó de funcionar durante muchos años, pero los artistas y artesanos siguieron produciendo sus obras y muriéndose de pobres en silencio; sus huesos esperan que algún historiador publique un libro en homenaje a su obra y a su nombre. TELÓN