Diagnóstico fatal

Primero fue que era una molesta gripa (los médicos le dicen es “cuadro gripal” o “virosis”), luego que una bronquitis para la que me recetaron Kenacort-im, Cetirizina, Esomeprazol y otra medicina más enredada de escribir, Plitican. Entre este montón de inyecciones, pastillas y jarabes no me pude mejorar, por lo que me autorizaron otros exámenes con un especialista, eso fue que muestras de orina, de sangre y de tejidos de mi deteriorado sistema respiratorio. De eso hace ya 20 días (con la fastidiosa endoscopia esa a bordo). Antier, precisamente, estuve en la Casa de la cultura recibiendo una convocatoria literaria y la Secretaria de educación me preguntó que si estaba enfermo, que me veía pálido, razón tenía, mi espejo me dijo lo mismo en la mañana, pero no le paré muchas bolas. Casualmente para ayer jueves en la mañana debía reclamar los resultados de los exámenes y llevarlos donde un médico que me confirmaría el diagnóstico definitivo porque los primeros fueron erróneos. El diagnóstico fue: cáncer en la laringe. Esto confirmaba mis mareos, pues la laringe se comunica con el oído medio en donde se encuentra el sentido del equilibrio. También confirmaba la tos que mantengo hace tantos meses, las disfonías, la carraspera y las gripas frecuentes. ¿Qué hacer? Arriesgarme a una cirugía nada esperanzadora para extirpar la laringe, esto me dejaba hablando por un orificio en la parte superior del esternón, y eso si no ha hecho la tal metástasis o la hace después de la cirugía, un riesgo que no quiero tomar. A la tal quimioterapia tampoco me quiero someter porque no garantiza nada, mejor dicho ya me resigné a morir del todo. No quiero pasar lo poco que me queda en un hospital, ya lloré por mis hijos y mi esposa que se habían acostumbrado a vivir conmigo después de 22 años. Yo que tenía tantos planes para el próximo año, y que me había arrepentido de cosas que no hice, ya no me va a quedar tiempo. Así es la vida... y la muerte. Quiero, entonces, aprovechar este medio para agradecer a aquellas personas que leyeron mis columnas en este semanario desde el año 2008 y a los que traté de no defraudar cumpliéndoles con mi Página en blanco, no sólo en el papel sino también en mi blog www.pagina-blanco.blogspot.com en donde se encuentran todas mis columnas. Este es tal vez, mi último escrito en este semanario ya que los Mayas se equivocaron condenándonos a seguir esperando el armagedón. En mi caso sí creo que fue mi último 21 de diciembre, mi último día de aguinaldo, mi último feliz año con lágrimas de despedida. A usted, mi estimado lector, que comparte ahora conmigo un suspiro, muchas gracias. Esta noticia, no debería darse de esta manera, pero es la única forma que sé, por escrito... Me disculpan, no se me ocurre mucho para escribir en medio de este sentimiento... Gracias de nuevo por ese sentimiento, porque si usted creyó que el proceso de exámenes y resultados de especialistas dura 20 días como dije yo que me había ocurrido a mi es muy desentendido. En Colombia eso no pasa y menos en Yarumal. En mi Colombia, ¡carajo!, primero lo emboban a uno con pastillitas para el dolor, mientras la enfermedad avanza y luego para la cita con especialista hay que entutelar, esperar la respuesta y luego esperar las citas para que lo atiendan y todo esto dura meses. Si uno quiere atención inmediata tiene que ser vicepresidente o congresista. En todo caso, le pido una disculpa si se comió el bombazo de mi cáncer de laringe. Si de verdad se entristeció en alguna línea le doy infinitas gracias por tan soberano beneficio, que yo, en virtud del día que hoy celebramos, no me podía quedar con las ganas de decirle: “Pásela por inocente”.

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