LOS ÚTILES INÚTILES DE MI YARUMAL, ¡CARAJO!


Cada que inicia el año escolar se escucha hablar de los tales “útiles inútiles”, cosa que no quiero profundizar aquí porque todos sabemos de esos listados que algunas instituciones piden a sus escolares, que incluyen artículos a los que el padre de familia se pregunta rascándose la cabeza: ¿y eso pa’ qué?

Precisamente hace poco me dirigía hacia el hospital y antes de llegar tuve que hacerme la misma pregunta del padre sorprendido en mención, cuando me detuve a observar el parque José María Córdova (al lado del cementerio) que más bien parece un monumento a la nada. 


Y es que así es mi Yarumal, ¡carajo!, y fue ahí donde empezó mi lista de útiles inútiles de la Capital de la ironía, como generosamente llama a este pedazo de tierra mi amigo Francisco Moná. Por eso pido disculpas si ofendo a alguien, pero es que hay cosas que no sirven para nada, como el apéndice, las tetillas de los hombres o los talleres de educación sexual de los colegios y otras que no cumplen la función por la que fueron concebidas. Aquí les va pues:
- El ya mencionado parque José María Córdova.
- Las cebras.
- Las cámaras del parque.
- El parque recreativo Rubén Piedrahita.
- Los excesos para discapacitados del andén.
- El buzón de sugerencias de la Alcaldía.
- Las canchas del seminario Cristo Sacerdote.
- Las machacas del Fondo Rotatorio.
- El alumbrado público.
- El parque Dominios del niño.
- El obelisco del Saucecito llorón.
- La capilla San Nicolás.
- La capilla María Auxiliadora.
- El monumento del Valle de la meditación.
- La popularidad universal de La reina.
- Puente de Vélez.
- Los correos electrónicos de las oficinas de la Administración Municipal.
- Las estaciones hacia La cruz.
- El campamento obrero.
- El cementerio Cristo Rey.
- El Banco de maquinarias del departamento.
- El Orfanato.
- La placa conmemorativa del centenario de Francisco Antonio Cano.
- La Piedra de los aburridos.
- El comparendo ambiental.
- Los cascos de los motociclistas.
- La pista de bicicrós.
- La Ciudadela.
- El Museo antropológico del Seminario de Misiones.
- El piano de la Basílica.
- La oposición en el Concejo.
- Y esta columna, porque verdaderamente no es una página en blanco.


Si usted, mi estimado lector, se preguntó “¿y eso es qué?, ¿dónde queda?”, con por lo menos tres de estos útiles inútiles, me está dando la razón, aunque tal vez usted tenga otros elementos que no fueron incluidos. Ese es mi Yarumal, ¡carajo!


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