Aquí se habla espanis

Esta semana me regalaron un documento que me puso a reflexionar sobre el cambio vertiginoso que está sufriendo nuestro idioma. Me lo facilitó la profesora Claudia Arboleda y tiene que ver con la jerga que usa ahora la nueva generación, la que idolatra el reguetón y los celulares, dos cosas que tiene sumidos a nuestros jóvenes en el ostracismo mental más raro de que se tenga noticia.
Sólo hasta ese momento comprendí el significado de las palabras importadas perreo, sandunguera, gusaniada, fago, goce, entre otras.
Me dio pesar porque en mis tiempos este era un piropo: “si la belleza fuera pecado, usted no tendría perdón de Dios”. Un piropo de nuestros jóvenes ahora sería más o menos así: “tarrao, ¿cuándo se va a dejar coger de goce?”
Qué pesar. Cuando antes uno estaba en plan de enamorar, lo más grosero que expresaba era que estaba en “plan de conquista”. Un jovencito ahora dice que “tiene el arrocito en bajo” y eso que este término es “decente”, porque me da vergüeza mencionar algunas frases de la sexualidad de nuestros jóvenes aquí. Sólo trasladaré algunas
Arrocito en bajo: tener a alguien en remojo.
Asna: mujer virgen.
Aserejé: hacer el amor.
Bluyiniada: restregada.
Cangrejear: volver con la ex.
Capucha: condón.
Caviar: joven apuesto.
Chasquear: hacerle el amor a una vieja.
Chilindrín: vello púbico.
Coger de goce: besarse sin compromiso.
Farra: niña buena.
Fago: gay.
Gala: loba.
Gusanear: sólo besos.
Perrear: moverse sensualmente.
Presea: celosa.
Quickly: eyaculador precoz.
Sandunguera: brincona.
Tiritití: hacer el amor.
En este nuevo diccionario de la sexualidad adolescente existen otras alocuciones que es mejor entender para que cuando le pregunte a su hija el cómo le fue en el paseo y le conteste que su novio estuvo toda la tarde “sintonizando la emisora” no crea que el pobrecito se llevó un mal radio para el paseito, sino que el muy canalla estuvo pegado de sus pezones toda la tarde. Y si le sigue la historia diciéndole que ella estuvo “divirtiendo al payasito”, no crea que se la pasó entreteniendo al hermanito o al sobrinito, recuerde que para ellos y ellas esto es “masturbar al hombre”. Pobre angelito. No pasó bueno en el paseo.
Por último, mencionaré algunas palabras y frases que nuestros inocentes niños manejan para que no nos demos cuenta de sus comentarios. Eso sí, le dejo de tarea, mi estimado lector, que indague los significados con algún joven miembro de la real academia de la lengua parlache para que se eche la bendición como mi amiga Claudia lo hizo cuando leyó el documento que es motivo de esta página. Ellos son: dirigirse al público, divertir al payasito, manuela, meter los cambios, poner los pelos de punta, requeñeque, saoco, saludar al amigo de mano, seguir el caminito, tadeo, tiritití, tocar las campanas, trillar, tupiriñaque, vacamuerta, vestir al muñeco, gusaneada, estar torero, estar barato, bajar al pozo, chilindrín… ¡En fin! Un montón de palabras que vuelven a confirmar que el sexo se hace también con la lengua (de lenguaje, no sea mal pensado-a-).

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